El triunfo logrado por Borrascoso en el
Clásico del Caribe celebrado ayer en el hipódromo El
Comandante tiene nombre y apellido: Alexis
Feliciano.
Con 15 años de experiencia en su profesión, un
resumé que incluye más de 85 victorias clásicas,
entre ellas dos triple coronas con ejemplares
diferentes y varias montas en el Clásico del Caribe,
era de esperarse que a la hora de la verdad esos
atributos fueran factor en el momento decisivo. Así
resultó ayer en un Derby Caribeño de ensueño para la
afición boricua con la victoria de uno de los
locales en esta prueba. Luego de disfrutar del
éxtasis que produce este momento glorioso, el jinete
ganador sólo tuvo palabras de elogios para su
ejemplar.
"Éste es un excelente caballo que no se había
hecho justicia. Le mandamos a quitarle las gríngolas
porque con ellas se intencionaba mucho en la primera
parte de sus carreras y ciertamente hizo el trabajo
que esperábamos", comentó Feliciano.
Aparte de la remoción de ese implemento,
Feliciano entiende que el haber colocado en buena
posición a su ejemplar durante la primera parte de
la prueba, fue un factor que contribuyó también en
grande al triunfo boricua. "Tuvimos una buena salida
y de inmediato lo dejé tranquilo buscando ahorrar el
mayor terreno posible durante la primera parte de la
carrera. Eso fue importante, porque al momento de
echar a correr me respondió muy bien", recordó
Feliciano. "Como éste es un caballo que he montado
anteriormente, sé que lo más importante es que no se
me estimule en los primeros metros. Lo pude relajar
al principio de la manera que yo quería y sabía que
iba a terminar con fuerza", añadió el jinete, que
indicó su ejemplar comenzó su avance decisivo desde
que restaban 800 metros para el final. "En ese
momento lo hinqué con mi espuela, me agarró el
filete. Al sentir que hizo eso ya yo estaba confiado
en que cuando lo echara a correr me iba a
responder", expresó.
Borrascoso entró a los 400 metros finales con
potente empuje junto a la varanda interior, que lo
llevó a luchar la delantera en los primeros metros
de la recta final. Fue entonces que Feliciano sólo
pensó en montar fuerte su caballo.
"Cuando enderezamos en la recta no canté victoria
porque en esto uno no sabe cómo pueden reaccionar
los caballos extranjeros. Sé que faltando unos 200
metros para el final estaba dominando. Seguí
braceando mi caballo manteniéndole el filete firme.
Una vez yo lograra eso, sabía que mantendría el
mismo paso hasta llegar a la meta", recordó
Feliciano.