CANOVANAS
- Por los últimos
tres años Joel Rosario ha sido el
jinete con más victorias en el
hipismo dominicano y hoy, con apenas
18 años, hará su debut en la Serie
del Caribe del hipismo con la
primera edición del Jockey
Challenge.
Su ascenso sin
duda alguna ha sido meteórico,
considerando que entró en la escuela
de jinetes del hermano país a los 15
años, que seis meses después debutó
en el hipódromo Quinto Centenario y
que al finalizar el año fue coronado
Novato del Año con 67 victorias.
Hoy, Rosario
puede describirse como uno de los
mejores 10 jinetes del Caribe, lo
que le permite competir junto a
luminarias como el venezolano
Emisael Jaramillo, los panameños
Jesús Barría y Camilo Pitty, y los
puertorriqueños Javier Santiago y
Juan Carlos Díaz.
"Será algo
importante. Imagínate, ahí estarán
los mejores jinetes", dijo un
reservado Rosario en entrevista con
El Nuevo Día durante los ejercicios
matinales de ayer.
Rosario tendrá a
cargo en el Jockey Challenge las
montas de Southern Spice, Taino's
Steel, Jun Jun y Lovin Laura. Todos
son caballos desconocidos para él,
pero, a juzgar por su actitud, eso y
todo lo que tenga que ver con su
carrera lo toma con mucha calma.
"Nunca he montado
aquí en este hipódromo, pero trataré
de cogerlo lo mejor que pueda. Lo
interesante aquí es la competencia".
El formato del
Jockey Challenge contempla la
asignación de puntos por llegada de
cada jinete durante las cuatro
carreras. Por ejemplo, una victoria
significa 12 puntos y un segundo
lugar equivale a seis puntos. Se
asignarán puntos hasta el quinto
puesto.
Ganador de 208
carreras este año, Rosario lo único
que ha hecho desde que comenzó a
montar ha sido batir los récords
para triunfos de un jinete en su
país. Luego de su año novato en el
2000, se impuso en 181 ocasiones
para superar por unas 40 victorias
el récord previo.
A esto le siguió
en el 2002 con185 victorias y las
208 de lo que va de año.
Natural de
Castillo, en la ciudad de San
Francisco de Macorís, Rosario
conoció el hipismo a través de su
hermano, quien juega caballos.
Juntos iban al hipódromo en Santo
Domingo y finalmente se interesó lo
suficiente para entrar a la escuela
de jinetes.
"Ahí estuve seis
meses y comencé a competir. Tuve la
suerte de salir temprano", dijo
Rosario, quien con su mudanza a
Santo Domingo tuvo que
independizarse de sus padres,
quienes permanecieron en Castillo.
EL YA
experimentado jinete aseguró que
jamás sintió actitudes de envidia de
parte de sus colegas más
experimentados. "Me miraban como que
había aprendido rápido, que lo
estaba haciendo bien", explicó.
Aunque no tiene
planes concretos, reconoció que
aspira a eventualmente trabajar en
hipódromos de Estados Unidos.
"Sí, sí, ¿por qué
no?", respondió.