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viernes, 5 de diciembre de 2003

Un prodigio de calidad caribeña


Por Javier Colón Dávila
End.jcolon@elnuevodia.com

CANOVANAS - Por los últimos tres años Joel Rosario ha sido el jinete con más victorias en el hipismo dominicano y hoy, con apenas 18 años, hará su debut en la Serie del Caribe del hipismo con la primera edición del Jockey Challenge.

Su ascenso sin duda alguna ha sido meteórico, considerando que entró en la escuela de jinetes del hermano país a los 15 años, que seis meses después debutó en el hipódromo Quinto Centenario y que al finalizar el año fue coronado Novato del Año con 67 victorias.

Hoy, Rosario puede describirse como uno de los mejores 10 jinetes del Caribe, lo que le permite competir junto a luminarias como el venezolano Emisael Jaramillo, los panameños Jesús Barría y Camilo Pitty, y los puertorriqueños Javier Santiago y Juan Carlos Díaz.

"Será algo importante. Imagínate, ahí estarán los mejores jinetes", dijo un reservado Rosario en entrevista con El Nuevo Día durante los ejercicios matinales de ayer.

Rosario tendrá a cargo en el Jockey Challenge las montas de Southern Spice, Taino's Steel, Jun Jun y Lovin Laura. Todos son caballos desconocidos para él, pero, a juzgar por su actitud, eso y todo lo que tenga que ver con su carrera lo toma con mucha calma.

"Nunca he montado aquí en este hipódromo, pero trataré de cogerlo lo mejor que pueda. Lo interesante aquí es la competencia".

El formato del Jockey Challenge contempla la asignación de puntos por llegada de cada jinete durante las cuatro carreras. Por ejemplo, una victoria significa 12 puntos y un segundo lugar equivale a seis puntos. Se asignarán puntos hasta el quinto puesto.

Ganador de 208 carreras este año, Rosario lo único que ha hecho desde que comenzó a montar ha sido batir los récords para triunfos de un jinete en su país. Luego de su año novato en el 2000, se impuso en 181 ocasiones para superar por unas 40 victorias el récord previo.

A esto le siguió en el 2002 con185 victorias y las 208 de lo que va de año.

Natural de Castillo, en la ciudad de San Francisco de Macorís, Rosario conoció el hipismo a través de su hermano, quien juega caballos. Juntos iban al hipódromo en Santo Domingo y finalmente se interesó lo suficiente para entrar a la escuela de jinetes.

"Ahí estuve seis meses y comencé a competir. Tuve la suerte de salir temprano", dijo Rosario, quien con su mudanza a Santo Domingo tuvo que independizarse de sus padres, quienes permanecieron en Castillo.

EL YA experimentado jinete aseguró que jamás sintió actitudes de envidia de parte de sus colegas más experimentados. "Me miraban como que había aprendido rápido, que lo estaba haciendo bien", explicó.

Aunque no tiene planes concretos, reconoció que aspira a eventualmente trabajar en hipódromos de Estados Unidos.

"Sí, sí, ¿por qué no?", respondió.