CANOVANAS -
A un día de que My
Own Business tenga
la oportunidad en la
Copa Confraternidad
de empatar la marca
de todos los tiempos
de victorias para un
ejemplar en clásicos,
dos figuras cercanas
al equino
conversaron con El
Nuevo Día sobre sus
experiencias y éxito
de los pasados seis
años con el ya
legendario caballo
venezolano.
A
juicio de su jinete
'trackeador' Roberto
Torres (aquel
encargado de
montarlo durante los
ejercicios matinales),
la personalidad de
My Own Business es
lo que le ha
permitido imponerse
en 34 clásicos,
incluyendo el
Clásico del Caribe
del 2000 y la Copa
Con fraternidad del
2002.
"Es un caballo
demasiado serio y
cuando va a correr
va a correr, pero
también es muy manso
y dócil", explicó al
señalar que otro
aspecto que le
favorece es su
tamaño: 500 kilos,
cuando sus
competidores rondan
los 430.
Estos días son
particularmente
satisfactorios para
Torres debido a la
proximidad de
empatar la marca
mundial. Claro está,
la expectativa de
hacer historia
también arrecia la
presión por encima
de todos los que
componen su equipo
de trabajo y Torres
es uno de ellos.
"Es como tener las
llaves de un
Ferrari, pero uno se
contenta porque uno
participa en algo
que es historia",
dijo el hombre de 43
años y natural de
Caracas.
Según Torres, quien
intentó sin éxito
ser jinete pero su
peso opinó otra cosa
(problemas de peso),
el carácter del
caballo se ha
mantenido igual
durante sus seis
gloriosos años y
cuatro de
competencia.
"Siempre
ha sido el mismo
caballo. Siempre con
ganas de correr y
trabajar".
Aparte de que en
Venezuela consume
comida importada, su
dieta resulta
similar a la de
cualquier otro
caballo de carreras:
pasto y granos.
Torres ha estado
junto a My Own
Business desde que
era potro y,
naturalmente, sabe
que cuando el
ejemplar sea enviado
a la recría las
emociones serán
difíciles de
manejar.
"Lo domé y todo",
dijo. "Eso pega
(impacta). Uno lleva
seis años trabajando
con él, desde
potrito. Lo
extrañaremos un
poquito", dijo.
De igual forma se
siente Herminio
Salazar, el capataz
del equipo
capitaneado por el
entrenador Antonio
Bellardi. Salazar
explicó que el
retiro definitivo
del caballo
representará para él
su segunda
separación de My Own
Business, ya que en
2001 hizo campaña en
los hipódromos
Saratoga y Calder,
ambos en Estados
Unidos.
"Ya nos pegó una vez
cuando se fue a
Estados Unidos y
cuando se vaya nos
va a pegar",
reconoció Salazar
mientras era
observado por el
protagonista de esta
historia.
El ejemplar sufrió a
finales de
septiembre de un
cólico que por
primera vez en su
vida puso nerviosos
a sus maneja dores.
"FUE BASTANTE
fuerte. El se
desesperó y como no
estábamos acostumbra
dos a verlo así nos
asustamos bastante",
reconoció Salazar.
A
cargo de administrar
la comida y las
medicinas que
ingiere el caballo,
Salazar atesora los
buenos recuerdos que
la ha regalado My
Own Business, que es
precisamente de lo
que se tendrá que
aferrar cuando sea
retirado.
"Nos ha acostumbrado
a muchas
satisfacciones.
Esperamos siempre lo
positivo para él y
estamos
acostumbrados", dijo
el capataz de 32
años con 10 años de
experiencia en el
hipódromo La
Rinconada.